El primer encuentro del año de ‘Camino a la esencia’ fue un reflejo de la vida misma, donde en ocasiones tenemos que demostrar nuestra capacidad de resiliencia, aceptación y confianza en el proceso. Obligados a soltar el control de la ruta que inicialmente estaba programada, terminamos en el Cerro del Águila. Sin duda un regalo que el destino nos tenía preparado al grupo de senderistas conscientes.

Y dejándonos envolver por la mágica atmósfera del invierno, nos dispusimos a descubrir un camino de atención a nuestros propios procesos. Compartimos prácticas de respiración consciente, atención plena y una propuesta meditativa para asistir a la película del año que dejamos atrás y proyectar desde la profundidad de nuestro ser esencial la energía con la que queremos vivir el presente año.